viernes, 14 de mayo de 2010

Introducción: Los Cameros


Hola de nuevo. Ha pasado medio año desde que abrí este blog y desde que lo dejé olvidado. Pero al igual que por todos aquellos pueblos abandonados que hay por toda la península Ibérica, un día pasó un caminante por aquí, y este blog se llenó de orgullo y un poco más de vida.

Estoy aquí de vuelta para contaros, de una manera menos impactante que la anterior, historias de esa sierra que tanto me gusta, que tanto ha significado para una región como La Rioja, y a la que tantas familias, sin saberlo u haberlo olvidado, han pertenecido.

Esa tierra es Cameros.

Cameros es una denominación coloquial de un territorio montañoso en lo que un día fue el límite sur del Reino de Pamplona, en el Sistema Ibérico, junto a las Sierras de la Demanda, la Hez y Yerga. Estaba estructurada como un feudo, gobernado por el Señor de Cameros desde el año 1040, al que pertenecían unos cuantos pueblos (en un principio 44)... pero no todos.

Se cuenta que los pueblos que estaban bajo jurisdicción y propiedad del Señor eran los que en su apellido rezaba: "de Cameros", mientas que los que ponía "en Cameros" eran pueblos o bien posteriores y libres del yugo, o bien fuera de los límites.

Cameros estaba estructurado en las faldas de dos valles, los de los ríos Iregua, al oeste, y Leza-Jubera, al Este. Entre río y río se levantaba los picos que separaban ambas partes, llamándose la occidental el Camero Nuevo y la oriental el Camero Viejo.


Más tarde, en 1176, los reyes Alfonso VIII de Castilla y Sancho VI de Navarra, debido a las continuas disputas por el territorio, llamaron a mediar el conflicto al Rey Enrique II de Inglaterra, laudo tras el que Navarra perdió, entre otros, la comarca de Cameros.

Tras esta adquisición de Castilla, el Camero Nuevo pasó a la provincia de Burgos y el Camero Viejo a la de Soria. Esta división administrativa en dos de un territorio único con fuertes lazos entre los pueblos desató tal serie de problemas que en 1802 volvieron a ser uno bajo la jurisdicción de Soria. En 1833 se creó la nueva provincia de Logroño y se trazó el límite con Burgos y Soria justo por la línea que une los picos más altos de las sierras del sur de esta nueva provincia. La bandera de por aquel entonces era la siguiente:



A lo largo del tiempo y de las guerras, la provincia de Logroño quedó engullida casi por completo por la de Burgos, hasta que quedó estable y finalmente en 1976, con la Democracia, la provincia se separó de lo que ya era la Castilla la Vieja y se formó la nueva Comunidad Autónoma de La Rioja, tal y como la conocemos hoy en día, con la querida bandera cuatricolor y el escudo recordando las 3 flores de Lis anteriores, la Cruz de Clavijo/Santiago y el Castillo de Ambasaguas.



La historia desde aquí, todos la conocen, así que volvamos a los Cameros.

Cameros era una tierra de pastos, los habitantes vivían de la ganadería bovina, caprina y ovina y cada año hacían su peregrinación trashumante hacia la Extremadura, donde encontraban pastos verdes donde su seca tierra ya no les daba. Los inviernos en Cameros eran fríos y duros, ya que es en esta Sierra donde se juntan los tres climas, el Atlántico por el Norte, el Mediterráneo por el Este y el Continental por la Meseta Castellana, al Sur-Oeste. La familia que tenía ganado gozaba de un buen futuro, aunque duro a su vez. Los jóvenes pastores abandonaban a su familia durante meses para luego volver con la primavera a ver a sus prometidas, como cuenta la canción:

[ I ]

Ya se van los pastores

a la Extremadura;

ya se queda la sierra

triste y oscura.

Ya se van los pastores,

ya se van marchando;

más de cuatro zagalas

quedan llorando.

Ya se van los pastores

hacia la majada;

ya se queda la sierra

triste y callada.

[ II ]

Ya se van los pastores

a la Extremadura;

ya se queda la sierra

triste y oscura.

Ya se van los pastores,

ya se van marchando;

más de cuatro zagalas

quedan llorando.

Ya se van los pastores

hacia la majada;

ya se queda la sierra

triste y callada.

Lucerito que alumbras

a los vaqueros,

dale luz a mi amante,

que es uno de ellos.

Lucerito que alumbras

a los pastores,

dale luz a la prenda

de mis amores.


No me digáis que no se os ponen los pelos de punta al leerla, qué tiempos más encantadores tan duros, a su vez, y llenos de buenas historias debían ser aquellos. Desde hace tiempo, en Logroño, en el reloj del actual edificio de Ibercaja frente al Espolón, cada día a las 12:00h, suena esta melodía. Todos los días un buen hombre sube a darle cuerda, algún día contaré su historia.

Pues bien, de esos esfuerzos que hicieron aquellos pastores por resistir esas duras condiciones climáticas, hoy sólo nos quedan tres cosas: los pueblos que siguen vivos y rehabilitándose, los pueblos que se han quedado despoblados (de los que hablaré en este blog) y por último, el Queso Camerano, con denominación de Origen. Ya por los tiempos medievales de Gonzalo de Berceo se conocía este esquisito manjar fruto del esfuerzo y del trabajo de los hombres de entonces.

Unas tierras dan vino, en otras dan dineros,
En aguna Çevera, en alguantas carneros,
Fierro traen en Alava e cunnos de azeros,
Quesos dan en ofrendas por todos los Camberos.

Y con esto ya sí que me despido, esperando que ahora no muera la memoria de esta Tierra, que es lo que hoy por hoy, es lo único que pretendo

Un gran saludo a todos
Espinosa

Bibliografía:

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